La mayoría de las personas que han ido al psicólogo, han dudado a la hora de tomar esa decisión.

La situación empieza cuando nos sentimos mal (tristes, nerviosos, irritables) por algo negativo que nos ha ocurrido (una pérdida, un conflicto, un problema) o sin razón aparente, llevamos un tiempo, sin saber porqué, raros, cambiados, sin ilusión, inquietos…

También puede ocurrir que, por nuestra manera de ser, empecemos a no adaptarnos a las circunstancias que nos toca vivir (trabajo, pareja, etc.) o desde pequeños hemos tenido problemas de adaptación.

A partir de ahí, nuestro estado de ánimo es frecuentemente más negativo que positivo, nos empiece a afectar en varias áreas de nuestra vida, ya sea familia, pareja, trabajo, estudios, y vivimos en una situación de crisis de la que no sabemos cómo salir.

Hay quien busca consuelo o consejo en los amigos y/o la familia. Decisión acertada, aunque muchas veces no consiguen ayudarnos, o porque no conocen bien todo lo que nos ocurre, o porque nos protegen y no son objetivos con la situación. Puede ser que recurramos a la pareja, que con suerte no se ha visto afectada, pero que tampoco sirve de mucho apoyo, cuando notamos que se preocupa en exceso o es demasiado crítica con nosotros.

Y con este panorama, empezamos a sentirnos solos, incomprendidos, es posible que empecemos a aislarnos, a no querer salir, que el rendimiento baje y que todo, poco a poco, vaya cayendo como un castillo de naipes.

En esta situación podemos pensar el la figura del psicólogo, alguien que nos han dicho que te escucha y te ayuda. Pero tendemos a sentir desconfianza, vergüenza y creemos que nos va a decir lo mismo que nuestro entorno. Además no entendemos bien cómo trabaja. Así, en medio de tantas dudas y temores, la decisión nos cuesta tanto, que la demoramos o nunca damos el paso.

El psicólogo es un profesional que conoce la mente humana, y que por medio de su formación y experiencia investigará tu caso, recabará información de la situación e irá formulando hipótesis de lo qué te está ocurriendo, porqué, debido a qué. Todo esto te lo transmitirá para que conozcas qué te ocurre y cómo la psicología puede ayudarte a resolverlo. En base a la evaluación y al análisis objetivo, elegirá las técnicas más idóneas a utilizar, proporcionándote tareas, discutiendo ideas y actitudes, para poco a poco resolver el conflicto o el problema que presentas. Siempre desde la cercanía, la sinceridad, la empatía, sin prejuicios y con un interés genuino por ayudarte, enfrentándote a tus miedos, discutiendo posibles interpretaciones o creencias erróneas que te perjudican y cambiando comportamientos que te crean problemas y mantienen el problema.